COCO: la búsqueda implacable de una pasión

15.10.2019

COCO: la búsqueda implacable de una pasión

La película de Pixar, estrenada el año 2017, comprende una espectacular composición mexicana. Al verla, no hay cómo poner en duda esta afirmación, ya que es necesario solo ver unos breves segundos para escuchar la clásica canción introductoria de Disney,  pero esta vez, con un peculiar estilo charro.

Además,  el director de esta cinta anunció  en una entrevista  que habían pasado los últimos seis años viajando por México y aprendiendo a amar este país, por lo que habían  tratado de inyectar todo el amor y pasión a la película, otorgándole suma importancia y  un respeto fiel a la cultura que querían retratar.


La idea de esta película surge el 2004, aunque el  primer guion fue registrado en 2007 por "Metacube", una empresa de productores de cine mexicanos ubicada en Guadalajara. Oficialmente, comenzó a ser trabajada en el año 2012 por el director de "Toy Story", "Monsters Inc." y "Buscando a Nemo", Lee Unkrich en conjunto con la productora  Darla K. Anderson. Ellos fueron los encargados de concretar la realización de esta producción Disney.

A medida que avanza la historia, se van descubriendo algunas costumbres, creencias y personajes icónicos de dicho país, como la famosa artista Frida Kahlo y algunas de sus obras . Pero lo más relevante, es la celebración del "Día de los Muertos",  una conmemoración de carácter religioso, que rinde homenaje a las personas que han fallecido.

Algunas fuentes aseguran que México es el país en que se origina esta festividad, sin embargo, distintas culturas la han transformado a lo largo del tiempo, por ejemplo,  Estados Unidos, país en que se le conoce como Halloween; así, en otros continentes se les denomina Día de Muertos, Noche de Brujas, Víspera de Difuntos y Samhaim. Pero ¡ojo!, el sincretismo de esta fecha no tiene el mismo significado para todos.

En México, las tradiciones de esta celebración incluyen visitar en los cementerios a los seres queridos que ya partieron, preparar altares con alimentos, velas, inciensos, fotografías y flores para mantener vivos sus recuerdos. Es solo durante estos días -según sus creencias-, que las almas de los fallecidos pueden volver desde el más allá para estar cerca de los suyos.

En relación al contexto, se cuenta la historia del pequeño Miguel Rivera, un muchacho de 12 años, integrante de una familia de zapateros, oficio heredado por generaciones. Este niño es apasionado por la música, pero tiene restringido todo acercamiento hacia ella, puesto que, hay una triste historia de trasfondo: un padre que abandona a su familia por dedicarse a la interpretación, mientras que su mujer apechuga sola para sacar a su hija adelante".

Miguel se muestra como un niño esforzado, que no reprocha el trabajo familiar, incluso, en una escena se le ve trabajando en la plaza,  lustrando zapatos a un charro. Él busca cualquier oportunidad de acercarse a un artista o, simplemente estar cerca de personas con quienes pueda entablar una conversación relacionada con la música, pues, con su familia no puede expresar su amor y pasión por ella. Miguel alucina con las canciones del cantante fallecido Ernesto de la Cruz, el músico más famoso de la historia de México. Sueña con ser igualito a él; aunque le es frustrante, el no poder si quiera mostrar su talento a sus seres queridos, porque su parentela tiene la idea, de que la música lleva por el mal camino a las personas, haciéndoles priorizar lo banal antes que lo primordial. 

Pero bueno, sabemos que cuando negamos a alguien una posibilidad, o se le prohíbe el hacer algo, generalmente ¡le dan más ganas de hacerlo! ya que, no ha recibido motivos que le convenzan de ello. 

Teniendo en cuenta que Miguel ya es prácticamente un adolescente,  comienza su etapa de rebeldía,  con relación a la prohibición antes mencionada, cuando descubre pistas en una fotografía, que le hacen pensar que es descendiente de su ídolo, lo cual le hace estallar la cabeza de emoción, y decide convertirse en un artista como su tatarabuelo.

Aquí comienza una etapa de decisiones, de conflictos, de aventuras, en que Miguel tiene la posibilidad de mostrar sus destrezas, de ganar experiencia y de demostrarle al mundo (de los vivos y de los muertos) que la música corre por sus venas.

Por otro lado, "Coco" tiene un carácter muy enternecedor, por lo que, a pesar de ser una película animada, no es necesario ser un niño para encontrarle sentido o gracia. Es muy simpática desde el punto de vista de la animación, sin mencionar que las canciones son muy contagiosas, tanto así que me es imposible olvidarlas, en especial el tema "Recuérdame", el cual queda resonando en el inconsciente con distintos ritmos.

Esta cinta tiene variadas enseñanzas, tanto así, que llega a parecer una fábula. Algunas de las moralejas rescatables son: la motivación que genera una pasión, los valores familiares y personales, y la posibilidad que nos da la vida de enmendar los errores cometidos.

En mi opinión, "Coco" es una película muy recomendable, por lo tanto, les aseguro que en más de una escena, alguna acción les hará sentido y la relacionarán con vivencias intimas. Es ahí donde podrán reflexionar y disfrutar, sin dejar de sentir emociones.

Artículo: Maria Paz Muñoz P.

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